El balneario de los doctores crotos

Aia ia io pague ió
aia ia io pagué
Aia ia io pague ió
aia ia io pagué
Aia ia io pague ió
aia ia io pagué
Aia ia io pague ió
aia ia io pagué

Iba confiado el linyera a la playa,
donde ninguno se baña, sabes.
Salud querida, querida eminencia
la diferencia esta en el jackel.
Es conocida la vida de este croto
su nombre es Iseka e ignora la ley.
Lo indemnizaron con unos porotos
se volvió loco y dice que es Baley.


Aia ia io pague ió
aia ia io pagué.
(en esta casa estan todos locos)
Aia ia io pague ió

aia ia io pagué.

Algunos dicen que era maestro,
otros afirman que era doctor.
No hubo dinero para su genio,
la cretinada privatizo.
Ahora la yuta a veces lo encierra
y escucha la lucha del Globo Campeón.
El profesor y arquero Iseka
seca su frente y renuncia al dolor.

Dale a tus ojos rojos para que baile,
para que baile siempre el gran corazón...
Dale a tus ojos rojos para que baile,
para que baile siempre el gran corazón...
Dale a tus ojos rojos para que baile,
para que baile siempre el gran corazón...
Dale a tus ojos rojos para que baile,
para que baile siempre el gran corazón...

El sol corona de espinas de oro
la playa roñosa al amanecer.
Mira, los crotos fuman fasos rotos
se ríen y toman un mate también.
A veces gritan, escupen, putean,
se quejan y les pegan, se dejan de joder.
Después se toman un vino en la arena,
se duermen sin pena hasta el amanecer.
El croto no es dueño del tinto que toma,
de la nafta que lo lleva, ni del camión, ni del tren,
ni del pucho que se fuma, ni de la lampara que le cuelga
ni del gas, ni del agua, ni del querosen
ni las gallinas, las vacas, la tierra, las latas,
ni de los aviones que ve, las rutas que recorre,
teléfonos que ignora, ni de las voces en la radio, ni las noticias de ayer.

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